23/11/2018
La reutilización de aguas residuales, solución a la escasez del recurso
Desde hace más de una década, los embalses en España siguen por debajo de la media de la última década. Los acuíferos pierden capacidad de regeneración, las sequías arrecian y la desertificación amenaza ya a dos tercios del territorio.
Esta falta de agua de las zonas mediterráneas ha convertido a España en uno de los países líderes en reutilización de agua. En el mundo, apenas el 4% del agua tiene una segunda vida, mientras que en España, según varios estudios, la cifra oscila entre el 11% y el 17%, porcentaje que nos sitúa entre los mejores (en términos relativos) junto a potencias como Israel y Singapur.
Según ha dado a conocer el Gobierno, como parte de su Estrategia de Economía Circular, el 57% del presupuesto total, 478,2 millones de euros –ya contemplados en los actuales planes hidrológicos–, se destinará a obras para la reutilización de aguas residuales.
Desafíos y costes
El 100% de las malas aguas son procesadas en España. De ellas, según datos de la Fundación IMDEA Agua, el 71% se depuran con un tratamiento secundario que elimina la materia orgánica que encuentra, y el 27% atraviesan un terciario que incluye todo lo anterior y borra nutrientes como el fósforo y el nitrógeno, que aparecen con la utilización de pesticidas y herbicidas.
El problema de la modernización de las plantas se agudiza en los municipios de menor tamaño: de los más de 8.000 municipios que hay en nuestro país, más del 80% tienen menos de 5.000 habitantes.
Solo el 32% de los municipios de más de 10.000 habitantes cuenta con un tratamiento de las aguas, según la consultora PwC. Para combatirlo, y entre otras alternativas, se estudia la creación de humedales artificiales que emularían los procesos naturales de filtrado con plantas macrófitas. La solución, desarrollada por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, funciona ya en la pedanía de Socovos (Albacete).